La exposición pública genera efectos mucho más rápidos que las notas y mensajes formales dentro del Ipross. Esa es la conclusión que surge alrededor del cobro de los coseguros en la obra social del Estado rionegrino, porque pocos días después de que se revelaran las irregularidades, el “error” que no pudo corregirse durante más de cuatro años dejó de afectar a los afiliados.
Pero no sólo cesaron esas distorsiones. La necesidad de congraciarse con los miles de rionegrinos que todos los meses aportan millones de pesos para el funcionamiento del instituto hizo que durante las últimas dos semanas se anunciara una batería de medidas de impacto social, que van desde los testeos rápidos de covid-19 hasta convenios con sanatorios para la atención de alta complejidad en Buenos Aires (ver aparte).
RÍO NEGRO publicó el 6 y 7 de junio los detalles sobre el proceso que estaba perjudicando desde varios meses atrás a los afiliados y prestadores de los servicios de kinesiología y oftalmología. Los usuarios estaban pagando hasta el triple de lo que correspondía por coseguros y los profesionales padecían la tensión con sus pacientes, que en muchos casos desconfiaban de ellos porque pensaban que estaban cobrando honorarios excesivos y por eso los porcentajes a cargo del afiliado eran elevados.
En esos informes se destacó que las advertencias formales a las autoridades del Ipross comenzaron en 2017, pero a pesar de ello nunca se concretaron los ajustes en el sistema informático, para que dejaran de contabilizarse prácticas comunes y habituales como tratamientos a personas con discapacidad, que prevén honorarios más altos en el nomenclador.
La consecuencia fue inmediata: desde ese lunes hubo varios días con las delegaciones de la obra social recibiendo una fuerte demanda de afiliados, para que les devuelvan lo pagado de más en concepto de coseguros.
El Ipross anunció públicamente que haría esos reintegros y en paralelo, lo que parecía tan complejo de modificar, tuvo su momento de cambios. Los códigos que identifican cada práctica fueron revisados y ya para el martes 8 de junio los coseguros exigidos eran mucho más bajos que la semana anterior.
Ahora bien, el dato que surge luego de analizar recibos emitidos por la obra social en la nueva etapa -verificado luego por prestadores- es que hubo un beneficio para los afiliados, pero no de la magnitud que muchos esperaban.
¿Por qué? Porque al mismo tiempo que se bajó el valor “erróneo”, se aumentó el monto reconocido a los kinesiólogos por esas prácticas habituales. En consecuencia, el coseguro actual coincide con el 20% de lo que cobra el profesional, pero la suma a cargo del afiliado sigue siendo mayor a la que debían pagar antes.
Para ponerlo en números: con el “error” vigente, el nomenclador decía que una sesión de kinesiología se pagaba al prestador $ 535,82, pero el sistema en realidad la facturaba a $ 1.685,38. Por eso, el coseguro del 20%, por diez sesiones, era de $ 3.370,80.
Desde la segunda semana de junio, la sesión de kinesiología es pagada al prestador $ 842,70, por lo tanto, el coseguro por diez sesiones es de $ 1.685,40. La mitad de lo exigido antes, pero casi 600 pesos más de los $ 1.071 que correspondían antes del aumento reconocido a los profesionales.
Otro detalle singular sobre la conducta “reparadora” que asumió la obra social fue que hasta mayo mantenía impagas las prestaciones de kinesiología desde noviembre en adelante. En los primeros días de junio pagaron ese penúltimo mes del 2020 y hace pocos días atrás inyectaron más fondos a los prestadores, cancelando diciembre. Dos pagos continuos casi inéditos, según informaron fuentes del sector.
Mientras tanto, la oposición legislativa de la provincia continuaba esperando ayer respuestas al pedido de informes presentado cuando se hicieron públicas las irregularidades en el cobro de coseguros.
Los legisladores del Frente de Todos, Pablo Barreno y María Eugenia Martini, pidieron saber qué motivo desencadenó esa percepción y si existieron también “errores” similares en otras especialidades. También quieren conocer la fecha precisa en que el Directorio del Ipross se anotició del “error” en el cobro de coseguro y cuáles fueron las causales del retraso en la resolución de esa “anomalía”.