Crónica de un día agitado: desconcierto en el FdT y reuniones de urgencia en la Casa Rosada
La encerrona que los ministros y funcionarios kirchneristas le hicieron al Presidente expuso la máxima tensión que se vive por estos días en el Gobierno y en el amplio espectro del Frente de Todos, tras la dura derrota en las elecciones primarias. Fue una arriesgada jugada de Cristina Kirchner para imprimirle otro ritmo a la gestión de un Presidente que ya perdió el capital que le aportaba a la coalición y que ahora dilata las reformas exigidas.
Con el cimbronazo cristinista se le exigieron al presidente Fernández cambios urgentes, para recuperar la iniciativa política, para demostrar que se interpretó el malestar expresado en las urnas y para recuperar los más de 5 millones de votos que el oficialismo perdió desde 2019.
Fue una movida compulsiva de Cristina Kirchner, la versión más extrema de su reclamo por los “funcionarios que no funcionan”, del pedido para que Alberto Fernández haga lo que tenga que hacer y ponga orden. Desconcertó a la mayoría en el FdT y hubo reuniones de urgencia en la Casa Rosada, entre el Presidente y su mesa chica, y en el Congreso, entre Sergio Massa y Máximo Kirchner, los dos garantes de la unidad en el oficialismo.
Todo sucedió tras una cumbre que Cristina y
Alberto mantuvieron el martes a la noche en la quinta de Olivos. Hicieron un diagnóstico sobre el revés electoral y analizaron cómo reaccionar. Y según trascendió, el mayor desencuentro tuvo que ver con los tiempos: la Vicepresidenta pidió reformas que el Presidente pidió postergar hasta después de las legislativas del 14 de noviembre.
Insatisfechos, en el kirchnerismo salieron el miércoles a presionar, exponiendo. El primer mensaje se lanzó desde la provincia de Buenos Aires, donde los 13 ministros del gobernador Axel Kicillof pusieron a disposición sus renuncias.