
En medio del devastador temporal que ha azotado a Bahía Blanca, subsisten las secuelas y la incertidumbre por aquellos que aún no han sido encontrados. Tal es el caso de las hermanas Hecker, Delfina y Pilar, quienes desaparecieron durante las intensas lluvias que han arrebatado hasta la fecha la vida de 16 individuos.
Reina la desesperación en la localidad bonaerense, especialmente en los corazones de los familiares de los desaparecidos, como Marina Haag, madre de las niñas. Mientras los rastreos para hallar a las pequeñas continúan sin descanso, Marina ha decidido encauzar sus esfuerzos en las redes sociales para amplificar el mensaje y apelar a la solidaridad de la comunidad para obtener cualquier dato que pueda facilitar el reencuentro con sus hijas.
En una publicación emotiva a través de Facebook, Marina, quien ha evitado el contacto con los medios de comunicación para resguardar su estado emocional, expresó un mensaje de esperanza: ‘Hoy Pili está cumpliendo sus 5 años. No pierdo la fe que mis hijas están resguardadas con alguien que no ha logrado contactar’. Acompañó sus palabras con una imagen de Delfina y Pilar, junto a números telefónicos donde cualquier información podría ser brindada. La situación se agudiza con el recuerdo imborrable de su encuentro con Javier Alonso, Ministro de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. Al reunirse con él, Marina detalló las angustiosas circunstancias que rodearon la desaparición de sus hijas, desde el aciago instante en el cual se vieron atrapadas en su vehículo, hasta el heroico pero desafortunado rescate por parte del transportista Rubén Zalazar, quien lamentablemente perdió la vida posteriormente, hallándose su cuerpo cerca del lugar donde vio por última vez a la familia.
El panorama es sombrío y complejo. Bahía Blanca aún lidia con los estragos de las inundaciones y en medio de la desesperación, se reveló que una avioneta divisó la camioneta donde presumiblemente podrían encontrarse las hermanas, aunque hasta ahora nadie ha logrado accesar debido al volumen de agua que persiste en la zona.
De cara a este escenario, es crucial comprender la magnitud del fenómeno natural que puso a la localidad en jaque y significó una amenaza directa para al menos cien personas más que permanecen no localizadas. Las autoridades han intensificado sus esfuerzos y se mantienen optimistas, pero el camino todavía parece lejano para la familia Hecker. La comunidad cuenta las horas y un manto de espera y esperanza se cierne entre aquellos que aguardan, intuyendo que en cualquier momento podrían recibir algún aviso que permita aliviar el dolor y la zozobra que surca sus días.